Deep in the ocean, dead and cast away
Where innocence is burned, in flames
A million mile from home, I'm walking ahead
I'm frozen to the bones, I am...
A soldier on my own, I don't know the way
I'm riding up the heights of shame
I'm waiting for the call, the hand on the chest
I'm ready for the fight, and fate
The sound of iron shots is stuck in my head
The thunder of the drums dictates
The rhythm of the falls, the number of dead's
The rising of the hoards, ahead
From the dawn of time to the end of days
I will have to run, away
I want to feel the pain and the bitter taste
Of the blood on my lips, again
This steady burst of snow is burning my hands
I'm frozen to the bones, I am
A million mile from home, I'm walking away
I can't remind your eyes, your face
Un himno de los soldados del día a día. Woodkid-Iron
No me atrae la música, pero la lírica me impactó profundamente.
Y de nuevo me atrapas con tu voz dulce y suave, que se expande a todos lados de mi cuerpo sin dejar un solo rincón vacío. Y de nuevo caigo en tus redes, para perder parte de mi fé a cambio de tu ilusión.
Si señores, y de nuevo lo mismo.
Y es que mi problema es el echo de saber que existís, eso solo me enamora. Y es que mi problema es el echo de conocer tu voz, que me ataca noche tras noche para insistirme.
Y se hace de noche, y el cielo ya ni brillo tiene. Y cada día me hago mas viejo, y ya ni gracia hay en eso. Y cada día paso mas tiempo lejos de vos, y eso me atormenta.
Todos tenemos un Karma propio, algún error repetitivo y siempre de aparente inofensividad, que termina desequilibrando a la mente tiempo después de cometido el acto.
Mi karma es simple, es como un destiempo existencial, es una falla en la asimilación de la realidad que me lleva a desperdiciar todo lo que merece ser cuidado y cuidar todo lo que merece ser desperdiciado. Y cual mejor amigo, este Karma siempre se mantuvo conmigo. Será por eso que me identifica la viva imágen que proporciona La Bersuit en su canción "Ades Tiempo", reflejando la falla existencial del personaje, que es incapaz de reconocer el tiempo de actuar y generalmente actúa de forma errada haciendo caso omiso a lo que él mismo necesita. "Voy yendo a contraluz, desperdiciando mi alma a destiempo. Siempre cargué esta cruz, desesperando en la alegría, oscurenciendo fantasía. Torciendo mi destino siempre a contraluz".
Y es así como avanzo por estos helados páramos siempre equivocándome y jurándome haber actuado correctamente, y de nada sirve mentirme, pues a los pocos días mi error tocará la puerta para unirse al misterioso gremio de errores que habita mi cerebro, y dicta casi todo en mi ser.
¿Porqué?, ¿Porqué no pude entender, ver, sentirte?, ¿Porqué ahora, pasado el tiempo, me arrepiento?. Pasó mucho tiempo, pero no puedo verte con otros ojos... Si tan solo hubiera ido a tiempo, y hubiera huido de este karma en ese momento, todo sería muy distinto -o quizás no-.
Por eso, y por mucho más, gracias Yo mismo, por boludear cuando hay que estar serio, o festejar algo que acabamos de perder. Gracias por rechazar cuando hay que aceptar, y gracias por hacer todo en el momento equivocado buscando la redención de mis errores.
No queda mas opción, está en uno el cambio, pero ese acto pasado del que me arrepiento ya caducó, ya es imposible volver atrás y remediar.
Por eso, y lamentablemente, mas hoy que nunca: voy a contraluz, desperdiciando mi alma a destiempo.
Si te postran diez veces, te levantas
otras diez, otras cien, otras quinientas;
no han de ser tus caídas tan violentas
ni tampoco, por ley, han de ser tantas.
Con el hambre genial con que las plantas
asimilan el humus avarientas,
deglutiendo el rencor de las afrentas
se formaron los santos y las santas.
Obcecación asnal, para ser fuerte,
nada más necesita la criatura,
y en cualquier infeliz se me figura
que no mellan los garfios de la suerte ...
¡ Todos los incurables tienen cura
cinco minutos antes de su muerte !
¡ PIU AVANTI !
No te des por vencido, ni aún vencido,
no te sientas esclavo, ni aún esclavo;
trémulo de pavor, piénsate bravo,
y acomete feroz, ya mal herido.
Ten el tesón del clavo enmohecido
que ya viejo y ruin, vuelve a ser clavo;
no la cobarde estupidez del pavo
que amaina su plumaje al primer ruido.
Procede como Dios que nunca llora;
o como Lucifer, que nunca reza;
o como el robledal, cuya grandeza
necesita del agua, y no la implora...
Que muerda y vocifere vengadora,
ya rodando en el polvo, tu cabeza !
¡ MOLTO PIU AVANTI !
Los que viertan sus lágrimas amantes
sobre las penas que no son sus penas;
los que olvidan el son de sus cadenas
para limar las de los otros antes;
los que van por el mundo delirantes
repartiendo su amor a manos llenas,
caen, bajo el peso de sus obras buenas,
sucios, enfermos, trágicos, sobrantes.
¡Ah! Nunca quieras remediar entuertos;
nunca sigas impulsos compasivos;
ten los garfios del Odio siempre activos
y los ojos del juez siempre despiertos...
y al echarte en la caja de los muertos,
menosprecia los llantos de los vivos !
¡ MOLTO PIU AVANTI ANCORA !
Esta vida mendaz es un estrado
donde todo es estólido y fingido,
donde cada anfitrión guarda escondido
su verdadero ser tras el tocado:
No digas tu verdad ni al más amado,
no demuestres temor ni al más temido,
no creas que jamás te hayan querido
por más besos de amor que te hayan dado.
Mira cómo la nieve se deslice
sin una queja de su labio yerto,
cómo ansía las nubes del desierto
sin que a ninguno su ansiedad confíe:
Maldice de los hombres, pero ríe;
vive la vida plena, pero muerto.
¡ MOLTISIMO PIU AVANTI ANCORA !
Si en vez de las estúpidas panteras
y los férreos, estúpidos leones,
encerrasen dos flacos mocetones
en la frágil cárcel de las fieras:
No habrían de yacer noches enteras
en el blando pajar de sus colchones,
sin esperanzas ya, sin reacciones,
lo mismo que dos plácidas horteras;
Cual Napoleones pensativos, graves,
no como el tigre sanguinario y maula,
escrutarían palmo a palmo su jaula,
buscando las rendijas, no las llaves...
Seas el que tú seas, ya lo sabes:
a escrutar las rendijas de tu jaula !
¡ VERA VIOLETA !
En pos de su nivel se lanza el río
por el gran desnivel de los breñales;
el aire es vendaval, y hay vendavales
por la ley del no fin, del no vacío;
la más hermosa espiga del estío
ni sueña con el pan en los trigales;
el más dulce panal de los panales
no declaró jamás: yo no soy mío;
y el sol, el padre sol, es raudo foco
que fomenta la vida en la Natura,
por calentar los polos no se apura,
ni se desvía un ápice tampoco:
¡ Todo lo alcanzarás, solemne loco...
siempre que lo permita tu estatura !
Como una sola estrella no es el cielo,
ni una gota que salta, el Océano,
ni una falange rígida, la mano,
ni una brizna de paja, el santo suelo:
tu gimnasia de jaula no es el vuelo,
el sublime tramonto soberano,
ni nunca podrá ser anhelo humano
tu miserable personal anhelo.
Qué saben de lo eterno las esferas ?
de las borrascas de la mar, las gotas ?
de puñetazos, las falanges rotas ?
de harina y pan, las pajas de las eras ?...
¡ Detén tus pasos Lógica, no quieras
que se hagan pesimistas los idiotas !
Hoy decidí que es el momento. El prevalecimiento del tabaco por sobre mi salud terminó. A pesar de que llore sangre y la angustia carcoma mi interior no voy a claudicar.
Digamos que esta vez, debí reunirme conmigo mismo para dictaminar algún tipo de ley que me absuelva de ser un esclavo del tabaco. Mis pulmones, mi cerebro y mis riñones dicen BASTA, y creo que por primera vez me decido a hacerles caso. Va a costar, pero creo que un par de años de vida más lo valen.
Voy a comenzar esta entrada definiendo, de manera muy personal, al amor y al "amor enajenado".
Como sabrán, como les habrán inculcado, el amor es una acción entre dos seres, que se establece por un vínculo fuerte y sin causa justificada. El amor nace para dar nacimiento a otras vidas, y llenar vacíos, reemplazando la pena con la felicidad, la incertidumbre con decisión, etc.
Como habrán vivido, el "amor" suele ser imperfecto, mejor dicho, ES imperfecto, y de su imperfección nace la perfección. El amor de la sociedad occidental (mas correctamente Católica) es un vínculo necesario en la vida de un individuo, que necesita al amor y lo convierte es su mas anhelado y único deseo. El "encontrar el amor" provoca desde vidas hasta muertes, y es curioso -y a la vez justificable- que se necesite amor en este mundo que se mantiene gracias a la falta de amor, porque la economía, ayudada por las guerras, es la mas grande demostración de ese "binomio" humano, que combina amor y bondad con odio y frialdad.
Yo creo en la existencia de dos amores paralelos, el "amor", y el "amor enajenante".
El amor enajenante es el amor que nace en una relación casual conformado, por ejemplo, por Julia y Roberto. Generalmente, alguno de los dos individuos se enajenará en el otro, es decir, vivirá por y para la posesión del otro, sintiendo que sin el otro el vacío romperá los esquemas de su vida y le deparará algo así como la muerte en vida. Esa enajenación lleva a un estado lamentable, donde la pareja se quiebra por la continua presión que efectúa un ser sobre el otro. Pero cuidado, no solo el amor enajenante es eso, también puede ser todo lo contrario, puede ser totalmente frío, carente de sentido, una gran mentira que viven los dos o uno de los individuos que conforman la relación. Puede ser también un amor por conveniencia o necesidad, es decir, cualquiera de las tres opciones conforman un amor relativo, generalmente efímero y muy dudoso. Las personas que llevan a cabo este tipo de amor son personas inseguras, que llenan vacíos que de otra forma no pueden llenar. Voy a intentar no expandirme sobre ideas psicológicas.
El amor tiene dos caras: una humana y otra ideológica. La humana es la que puede darse en una relación, donde ambos individuos se cuidan entre sí y procuran convivir en paz, sin traicionarse ni lastimarse, siempre recurriendo a las normas lógicas de la convivencia. También puede haber amores infieles, en caso de que ambos decidan darse esa "libertad". El amor debe fundarse sobre el objetivo de acompañar, ayudar, ser un punto de apoyo y dar cariño, y a la vez, sobre el fundamento de que no se puede amar a nadie si uno no está seguro de quien es, y también la máxima de reconocer la individualidad del individuo dentro de la comunidad que en este caso conforma la relación. También cabe aclarar que este tipo de amor es casi inexistente. El amor ideológico es ese que tienen ciertas personas hacia una idea, ese que lleva a los hombres a morir por cosas intangibles, que ni siquiera un beso pueden dar en momentos de angustia, pero si llenan y dan razones para existir. Ese amor que tuvo el Che Guevara, ese amor que tuvo Claudio "pocho" Lepratti cuando gritaba "no disparen que aquí hay niños comiendo" durante las brutales represiones policiales a comienzo de milenio. Quizás sea ese amor que tuvieron los hombres y mujeres, que por amor al prójimo, por amor y pasión a un sentimiento, como los miles de médicos que inventaron vacunas o medicamentos y los distribuyeron gratuitamente, pudieron luchar contra viento y marea. Ese es el amor puro e incondicional, de un hombre hacia algo totalmente etéreo, que cumple las veces del amor común dentro de una mente que está mas allá de un simple beso o una noche de sexo sin eqa non.
Yo?, creo en el AMOR, y tengo amor hacia la gente, amor hacia mis ideologías, y estoy dispuesto a amar a un ser humano que lo merezca.
El amor y el odio, son las dos fuerzas mas potentes del mundo. Lamentablemente, la gente las confunde, y lo seguirá haciendo eternamente.
Noche que ya no tiene estrellas, noche que impacta sobre mi rostro, noche que se desvanece en poco tiempo pero dura años. Así es esta noche, como tantas otras, una noche rellena del peor contenido, una noche que atrapa, que lastima y que no perdona. Y siempre que cae el sol, me siento en una silla a observar como el indefinido tiempo se lanza sobre mí en el sonido de un tic tac, y yo, observando el reloj hasta el cansancio, percibo la interminable presencia de suicidas minutos, que se estrellan unos contra otros, minutos que vistos desde esta mente, son tan ínfimos y a la vez tan largos...
Pero ya no tiene sentido, el sentido se apagó hace tiempo. Mejor levantarse, dejar tan lúgubre escalón en la evolución propia, y retirarse a intentar conciliar el sueño.
Porque nada tiene sentido, llévame lejos. Porque nada en
esta vida es eterno, llévame lejos, llévame y eternicemos una canción en un
beso. Llévame y unámonos en un abrazo momentáneamente infinito. Evitemos ese
pozo, punto muerto de las almas, rodeemos la angustia con una caminata de la
mano, volemos con tan solo una noche. Llévame lejos, amor.
Llévame lejos, porque no todo en esta vida pasa por una
mirada, llévame lejos. Por una duda, llévame lejos. Por un licor, llévame
lejos. Llévame a donde te plazca, sin
olvidar que la angustia tiene fin en una risa, sin olvidar que la brisa nos
empujará de la cornisa. Llévame amigo.
Llévame a un mundo seguro, llévame a lo más puro, llévame
a donde nadie me llevó antes, llévame a la razón, llévame a una ilusión que no
se desvanezca al poco tiempo, llévame yo, por favor, tan solo llévame, y
recuerda que ya que todo aparenta ser pasajero, solo permanecerás conmigo querido yo
mismo, atado a este cuerpo y a mí, porque yo soy vos, y vos serás siempre yo, y recuerda que estás condenado a ser mi único aliado mientras mi existencia pise esta tierra.
Recuérdame cuanto valgo, lucha por lo que más quiero, no te olvides de quien
somos, no te resignes cuando nada valga la pena. Tan solo llévate, llévame, vamos,
lejos de la duda, lejos del temor.
Sellemos pactos, abramos libros, cerremos capítulos. Pero por favor, no te
olvides de mí, no lo hagas, tan solo entra en este, mi coche, nuestro coche, y
sin pronunciar palabra arranca el motor. Tan solo mírame, y mira a nuestras
valiosas ilusiones, a la amistad y al amor, a la que les dediqué unas líneas al
comienzo de este escrito que -a pesar de
ser vagas sombras reflejadas por una luz que proviene de una existencia
pasajera, o quizás, con la suerte que nunca tuvimos, infinita- nos recordarán
que quizás, en los quizases que depara la vida, en algún obscuro rincón que
quizás ya fue, quizás apenas alumbrado por la luz de algún futuro, presente o
pasado faro de luz, nos libren de la angustia de ser solo yo, solo nosotros, y
nos alumbren con la felicidad de ser un todo supremo, algo que quizás sea
infinito, algo que nos permita tener un copiloto, que alumbre con su luz propia
a las estrellas, que nos guiarán por tan temido camino. Y si quizás eso no
sucediese, y si quizás eso no pasara, y si quizás eso no existiese, y si quizás
todo es pasajero… Entonces, mi querido yo, seguiremos viajando solos,
alumbrando el infinito carente de luz con un fósforo, yendo a tientas, palpando
paredes, buscando la luz, intentando reflejar cualquier presencia lumínica al
cielo para localizar las estrellas, usando nuestras propias lágrimas como agua
potable, arruinándonos para disimular el desorden, sufriendo para evitar a la traidora alegría, o alegrándonos por las cosas mas simples, en carencia de las más compuestas. En ese caso seguiremos, como siempre seguimos, peleando contra el beso traidor y el abrazo asesino mediante lo que somos, lo que seremos y lo que fuimos. Porque quizás, y en este
caso, probablemente, en un futuro sigamos manejando este, mi, nuestro coche con la valentía del que sabe que su futuro todavía no fue escrito, y que cada
instante que se convierte en pasado, es una palabra más escrita con una tinta que se seca instantánemante en un libro que lleva mi nombre en su dorso, oculto y tapado en inmensas estanterías, que se hallan en una inmensa biblioteca llamada humanidad.
Be Quiet & Drive (Far Away) - Deftones
"This town don't feel mine, i'm fast to get away FAR."
Sea cual sea la sensación que te ataque esta
noche, ten en cuenta su efimeridad; su capacidad para desaparecer de un momento
a otro, y renovarse en la mañana siguiente. Esa capacidad, que ojalá pudiesen
tener los recuerdos que nos traen esas emociones, es un tanto perturbadora.
Recordar quizás un recuerdo con alegría en el momento adecuado es una
experiencia reconfortante, pero pasado el tiempo, ese mismo recuerdo puede
convertirse en un puñal que busca ávido el pecho, y nosotros, de seguro, no
haremos nada para evitar la también efímera puñalada.
La tremenda sensación de la que caemos presa
cuando un objeto poseído, amado, querido, pasa obligatoriamente a lista de
cosas por olvidar, es quizás reemplazada, años -y quizás muchos años- después
por la vaga certidumbre de haberlos vivido, y el dudoso acto de haberlos
apreciado en ese instante. Esta incongruencia, esta ironía, donde hasta el amor
-acto idílico entre dos seres dispuestos a vivir el uno por el otro- puede
convertirse en dolor, y el dolor puede convertirse, de un momento a otro, en
amor verdadero, nos provoca esa sensación de incertidumbre con nuestras propias
vidas, una sensación difícil de ocultar, y hablo de ocultar porque quiérase o no,
siempre está ahí, cobijada entre los telones de cada acto que se cierra o se
abre en nuestro concierto, que por cierto es el único que daremos.
La finitud del momento contrasta con la
aparente infinitud del recuerdo, este concepto provoca una colisión donde lo
finito pelea a muerte con lo aparentemente infinito, un cúmulo de sensaciones
que desembocan en muy variadas opciones: Superación, dolor, depresión, miedo,
trauma, risa, llanto, alegría, euforia. Y esta batalla dura hasta que ambos
bandos admiten su propia finitud, dándole la chance al juez, al comandante de
ambos ejércitos, es decir, a nosotros mismos, de parar esta lucha absurda,
guardar a las feroces y valientes huestes en la caja y esperar al próximo dilema para liberarlas,
para que vuelvan a la batalla, con el único e inconsciente deseo de excusar
nuestra incertidumbre en el coraje de ambos bandos en batalla.
Nunca sabremos con certeza si cada acto que
comenzamos tiene una infinitud por delante, pero lo juraremos y perjuraremos
una y otra vez, hasta el mas completo cansancio, para simbolizar un pacto con
la muerte: Ilusión a cambio de no morir sin propósito. Y ese pacto trae
acarreado una gran pena, no es necesario decir que es una gran farsa montada
por uno mismo, sino que la pena es mas concretamente pagar la ilusión y la
aparente euforia con desilusión y llanto, una vez que comprobamos que el pacto
fue una farsa.
Ahora, y en base a eso, ¿Por qué nos
esforzamos en recurrir una y otra vez a mismo sucio juego?. La respuesta es tan
simple e insípida como la pregunta: A veces vale más una semana de ilusión que
cuatro años de tristeza, a veces vale la pena la aparente alegría que es
efímera aunque luego se prepare una tormenta lista para ahogar a las flores que
nacieron a la luz de tan tibio sol ilusorio.
Y es que nos mentimos, mi querido lector, nos mentimos cuando decimos
que alguien no mira al presente, nos mentimos cuando hablamos de vivir en el
pasado, nos mentimos para no darnos cuenta de que es tan finita nuestra vida
como nuestra ilusión o esperanza, nos estupidizamos luchando por futuros para
no mirar, mas que de reojo, a nuestro presente, que nos advierte que todo tiene
un final. Y es por eso que el pacto se seguirá sellando día tras día, noche
tras noche, año tras año, en un vago intento humano para trazar lo que sería la
línea de un posible futuro, para seguir las vías imaginarias de algún tren que
nos llevará lejos, muy lejos, de nosotros mismos, es decir, de nuestro ahora. Porque ni tú, ni yo, ni él, seguiremos siendo los mismos: Así de efímero es el mundo.
"Me estoy matando bebiendo y fumando, engañando al tiempo para soñar despierto y morir soñando"
"Y grítame, grita miel, grítame vuelvo a mi cripta el tic tac dicta"
Vuelvo a reiterar un poco la bajeza de insomniarme por cuestiones pasadas, quizás excusándome en la pereza de mis ciclos de sueño desordenados, siempre encuentro a la noche como una aliada, y una gran enemiga. Será la soledad justificada lo que hace a la noche tan atractiva para gente como yo, y el odio hacia el día será porque no hay justificación para estos sentimientos que suelen azorar las mentes -porque no soy el único, es una de las pocas cosas en la que me encuentro seguro-.
La vida es una rueda, nada más que eso, un ir y venir de sensaciones que suelen repetirse conformando la experiencia, una especie de tributo que pagamos hacia nosotros mismos. Ese tributo, que parte de nuestro corazón con dolor, con desánimo, es "devuelto" en la vejez -si es que uno es lo suficientemente afortunado para llegar a ella- en forma de lo que Jean Paul Sartre mencionaría como "el derecho a la experiencia", el derecho que tiene todo hombre mayor de hacer valer su experiencia y ser tomado como sabio-. Me refugio pensando en eso mientras escribo este blog, iluminado por la pálida luz de la lámpara que refleja figuras monótonas, aburridas, sobre la pared blanca. Ese es el problema, las mismas figuras de siempre, los mismos sucesos, con posturas alteradas pero conservando la esencia que tenían anoche, cuando también disfruté de una velada de insomnio. ¿Cual es el sentido de vivir?, ¿Cual es el sentido de poseer algo y mañana perderlo?, ¿Cual es el sentido de llorar una pena, si mañana una victoria apagará la sed?. No hay sentidos, tan solo acciones, tan solo momentos, que se superponen formando la vida.
"¿La vida?, no es nada en especial" me decía un querido amigo, y cuanta razón tenía al afirmar esa frase noche tras noche. No hay sentido, no hay razón, solamente quedan recuerdos, recuerdos que años después recordaremos con alegría, intentando obviar o habiendo olvidado ese veneno que se expandió por nuestras venas en ese momento, que ya no existe, ni existirá. Ese momento que perecerá junto a los otros en una lejana playa, reposando hasta el momento de ser llamados desde su paradisíaca cripta, y entonces examinados por una mente que probablemente los había olvidado, o los había oculto.
No hay razón, no hay substancia, no hay ni siquiera un destino. Todo pasa porque pasa, no quiere decir que pasará una vez que haya dejado de pasar. La amistad, que tanto se arraiga a nuestro sentir cotidiano, que tantas promesas ofrece a cambio de nada, puede desvanecerse, al igual que el amor. Y no, no es pesimista, yo lo llamaría "alegremente realista", porque tal cual la amistad y el amor pueden -o no- ir y venir, pueden volver, y sellar los recuerdos pasados, intercambiándolos por algo que nadie sabe lo que será, lo que llegará a ser, o lo que recordaremos que fue.
Y por eso, al final uno se relega al empalagoso y final pensamiento de que el tiempo, ese enemigo mortal del hombre, es el que nos manipula, nos controla, nos da o nos quita, ese que decide cuando es tiempo de parar, o de seguir, cuando es tiempo de vivir, o de morir. Nunca está de nuestro lado, es ese enemigo que es tan invencible que ni siquiera vale la pena alzar la voz, es ese karma inexorable que transporta todo ser humano, que hoy, ayer y mañana, caminó, camina o caminará las oscuras calles de esta ciudad, cementerio de sueños, amiga del tenebroso tic-tac. Sin embargo, no es algo que podamos negar, ni relegar a segundo plano. Él nos controla, y así como nos controla, somos esclavos por culpa de la misma sociedad que pretende darnos un futuro, que vende ilusión y se deforma continuamente. No queda otra opción, es vivir por el tiempo, y no vivir con el tiempo. Y encontraremos aliados, aliados que ayudarán, que intentarán vencer mediante el apoyo a esas sensaciones, que quizás no a toda hora, pero siempre tendrán un oído para escuchar. Y a pesar de que la amistad puede o no ser verdadera, puede o no durar, uno elije si creer o no. Y yo, elijo creer.